La variedad de aplicaciones del ozono como solución de desinfección ha abierto la puerta a un nuevo paradigma de posibilidades en el mundo de la limpieza y el saneamiento en multitud de ámbitos económicos y sectores comerciales, desde la industria hasta la agroalimentación, pasando por la agricultura, la hostelería y la restauración. Incluso en los entornos deportivos, farmacéuticos y hospitalarios está empezando a hacerse eco del potencial de este compuesto, algo que resulta de especial relevancia en un periodo histórico como el actual, en el que el ámbito de la salud y la desinfección ha adquirido un protagonismo mayúsculo.
A nivel técnico, cuando hablamos de ozono hablamos de una molécula formada por tres átomos de oxígeno (O3) que se forma a través de un proceso de excitación de las moléculas de oxígeno —normalmente a raíz de descargas eléctricas— y de las subsiguientes colisiones entre sus átomos. Se trata de una forma alotrópica de oxígeno, por lo que es la formación más activa de este componente.
Hay que decir también que se trata de un gas que se forma de manera natural en las capas más elevadas de la atmósfera gracias a la acción de los rayos ultravioletas.
Y de todos es sabido la importancia de esa capa de ozono en cuestiones de filtración absorción y devolución de radiación solar ultravioleta. La capa de ozono es, por decirlo de alguna manera, la piel del planeta tierra.
Pero los beneficios del ozono no se limitan solamente a ese nivel atmosférico, se trata de un compuesto que ofrece una amplia variedad de aplicaciones en multitud de ámbitos y lo hace con gran eficacia y seguridad.
Sus propiedades desinfectantes y antisépticas se conocen desde el siglo XIX, y sus usos han abarcado desde entonces muchas facetas: desde la desinfección de aguas residuales y otros tratamientos fitosanitarios y medioambientales a nivel público y privado, hasta para el tratamiento de infecciones, heridas y otras patologías médicas (lo que pone de manifiesto su poder farmacológico y su potencial para tratar diversidad de afecciones).
Más adelante, se fue descubriendo que las aplicaciones del ozono podrían ir mucho más allá, por lo que sus usos se fueron ampliando —gracias al avance de la tecnología y la innovación— a otros ámbitos: agricultura ecológica, hostelería y restauración, a la industria del vino, a la agroalimentación, al envasado y conservación de productos perecederos, etc. ¡Y todo ello, por supuesto, sin dejar de lado sus aplicaciones primigenias!
Su uso es completamente seguro y respetuoso con el medio ambiente ya que, al tratarse de un gas inestable que se descompone rápidamente en oxígeno, no genera en ningún caso residuos tóxicos o perjudiciales para la salud humana ni para el entorno y los ecosistemas naturales..
El ozono es un compuesto gaseoso de tonalidades azules que pasa a estado líquido a la temperatura de -115 º. Su altísima capacidad de oxidación es la que permite a este compuesto desplegar sus efectos desinfectantes y desodorizantes de manera tan eficiente y efectiva.
Además, a diferencia de otros productos de desinfección química, su uso es completamente seguro y respetuoso con el medio ambiente ya que, al tratarse de un gas inestable que se descompone rápidamente en oxígeno, no genera en ningún caso residuos tóxicos o perjudiciales para la salud humana ni para el entorno y los ecosistemas naturales.
Las ventajas de la ozonización son muy interesantes:
● Alta capacidad de desinfección: Su capacidad oxidativa lo convierte en un microbicida de amplio espectro que, en manos de especialistas, garantiza la eliminación de todo tipo de bacterias, virus, hongos, esporas y otros patógenos.
Esta ventaja puede desplegar sus efectos tanto en maquinarias y equipos que puedan estar sujetos a la acción de vida microbiana, como en productos alimenticios, tratamientos de aguas, locales, cultivos, etc.
● Gran poder desodorizante: La destrucción de estos microorganismos (que son los causantes de los malos olores y las pestilencias) hace que el ozono sea una solución perfecta para tareas de eliminación de malos olores, así como para la limpieza y depuración de aire.
● Limpieza y desinfección sin residuos tóxicos: Se trata de una solución ecológica y respetuosa con los equilibrios ecosistémicos y la salud humana (tanto de consumidores, como de trabajadores y manipuladores).
● La ozonización: un proceso sin grandes complicaciones: Además, hay que añadir que el uso de esta tecnología no requiere de inversiones desproporcionadas, instalaciones o cierres prolongados de locales, áreas de cultivo o establecimientos comerciales. Además, no requiere de tareas de eliminación de residuos, ni genera problemas posteriores relacionados con la toxicidad, como sí ocurre con los componentes desinfectantes químicos tradicionales.
Certificado para usos ecológicos en agricultura, ganadería, e higiene alimentaria: limpieza y desinfección de instalaciones de riego y herramientas de agricultura, desinfección de equipos, e instalaciones de ozono con gas y agua ozonizada; desinfección de equipos, recipientes, utensilios para consumo, superficies o tuberías relacionados con la producción, almacenamiento, transporte o consumo de alimentos, o piensos (incluida el agua potable) para personas, animales; impregnar materiales que puedan estar en contacto con alimentos…
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