A pesar de que existen diferentes tecnologías para garantizar la calidad e inocuidad de los alimentos (y minimizar las pérdidas poscosecha), es importante que realices una limpieza e higienización óptima de tus productos. Por eso, el lavado con agua ozonizada se utiliza cada vez más en la industria hortofrutícola.
De manera habitual, las empresas dedicadas a la manipulación de frutas y verduras hacen los lavados mediante balsas de inmersión o sistemas de duchas (que también sirven para enfriar los productos antes de almacenarlos en cámaras frigoríficas).
Para ello, usan el agua de la red (que ya está clorada) y en algunos casos incorporan más cantidad de cloro que aumenta la desinfección de frutas y verduras. Sin embargo, la tendencia europea es la de eliminar el cloro de este proceso, ya que origina residuos no deseados y su exceso puede resultar tóxico. Además de ser contaminante.
Así, el lavado con agua ozonizada se presenta como un nuevo método de limpieza y desinfección para los productos hortofrutícolas con mucho potencial. ¿Quieres saber por qué? Te lo contamos a continuación.
El agua ozonizada es una mezcla de agua y una elevada concentración de ozono. Pero, ¿por qué ozono? El ozono es considerado uno de los agentes desinfectantes más potentes del mercado gracias a su gran poder de oxidación.
Al incorporarlo, el agua queda totalmente desinfectada y es capaz de eliminar cualquier patógeno o microorganismo que pudiera contaminar los productos (bacterias, hongos, esporas, virus, etc.).
Sin embargo, para que el rendimiento sea óptimo, la mezcla de agua y ozono debe ser muy precisa. Y para ello, se necesita instalar un ozonizador o equipo generador de ozono que asegure el nivel de mezcla correcto en todo momento (ya que el ozono se descompone en oxígeno en unos 25 minutos).
Así, el agua ozonizada tiene una gran capacidad de desinfección y es adecuada para el lavado de frutas y verduras (sin dejar ningún tipo de residuo) tanto en balsas de inmersión como en sistemas de duchas.
Por otro lado, las frutas y verduras suelen llegar con una carga térmica elevada que acelera la pérdida de calidad después de su recolección. Y para hacer frente a esto, se emplean sistemas de enfriamiento rápido como el Hydrocooling.
El Hydrocooling elimina de forma rápida el calor de los productos. Este sistema consiste en hacer pasar el producto por una ducha de agua fría (a una temperatura entre 0 y 4 °C) durante unos 15 minutos. Así, cuando el producto entra en las cámaras frigoríficas, estas no aumentan su temperatura y se optimizan los procesos de conservación, envasado y transporte.
Pero estos sistemas, al igual que los de lavado, reutilizan el agua. Por lo que tras varios usos el agua acumula residuos químicos como pesticidas o herbicidas (procedentes del lavado) y microorganismos que pueden contaminar el agua y los productos.
En consecuencia, tras varios usos hay que desechar el agua, lo que supone un consumo muy elevado. Entonces, ¿por qué no utilizar agua ozonizada en las duchas de agua fría? De esta forma, el agua ozonizada permite enfriar, lavar y desinfectar los alimentos (al mismo tiempo) sin acumular contaminantes. Lo que ofrece muchas ventajas.
Incorporar ozono al agua es una solución sencilla y muy efectiva para el lavado de frutas y verduras con grandes beneficios:
El ozono es capaz de destruir el 99% de los microorganismos con los que entra en contacto (hongos, bacterias, virus, mohos, protozoos, etc.). Además, también elimina restos de plaguicidas y químicos, por lo que asegura la limpieza y desinfección de los productos y del agua de recirculación.
La ozonización del agua permite reutilizarla muchas veces, lo que disminuye el consumo de agua. Además, elimina la necesidad de comprar y añadir productos químicos desinfectantes (como el cloro).
El ozono se descompone en oxígeno al cabo de unos minutos, por lo que su uso no produce ningún tipo de residuo contaminante. Por lo tanto, elimina el riesgo de que aparezcan residuos tóxicos en las frutas, verduras y en el agua de lavado.
Como consecuencia de su gran capacidad de desinfección, elimina los microorganismos causantes del deterioro de los productos y, al no dejar residuos, las frutas y verduras mantienen las características del momento de su recolección.
En conclusión, el lavado con agua ozonizada es un método de limpieza y desinfección muy eficaz para productos hortofrutícolas. Además, aumenta la reutilización del agua en procesos como el Hydrocooling, ahorra costes y, en definitiva, aumenta la rentabilidad de tu negocio.
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