El calzado industrial es un elemento esencial para proteger los pies del trabajador. De hecho, se trata de una de las medidas más habituales (sin importar el sector) para la prevención de riesgos laborales.
Y es que pasamos mucho tiempo en el puesto de trabajo, por lo que es necesario utilizar un calzado que evite la posibilidad de sufrir cualquier tipo de daño. Sobre todo aquellos relacionados con la actividad que desempeñamos.
Así, para proteger el pie de la caída de objetos, golpes, perforaciones, cortes, resbalones, caídas… El material del calzado debe ser rígido y resistente. Sin embargo, usar un calzado con este tipo de material, aunque nos proteja, también nos puede ocasionar otro tipo de problemas.
Por eso, a continuación te explicamos qué es el calzado industrial y qué tienes que hacer para utilizarlo de forma segura.
El calzado industrial es todo tipo de calzado que se diseña para trabajar y prevenir accidentes. Y se pueden distinguir dos tipos:
Por lo tanto, existen muchos modelos y diseños en función de las condiciones de trabajo de cada profesional. Sin embargo, el material con el que se elabora la mayoría de este tipo de calzado no permite una buena transpiración.
Así, la falta de transpiración aumenta la sudoración del pie y el riesgo de infección por hongos y bacterias. Además de producir malos olores (sobre todo después de una larga jornada de trabajo).
De manera que la higienización del calzado debe ser adecuada para poder utilizar los zapatos de manera segura y prevenir problemas en los pies.
La falta de ventilación aumenta la humedad en el interior del zapato (debido al sudor) y favorece el crecimiento de bacterias y hongos. De manera que el contacto directo y la fricción entre la parte interior de los zapatos y los calcetines puede transmitir los microorganismos.
Por lo que el contacto diario del pie con estas superficies puede provocar diferentes infecciones por hongos o bacterias (incluso existe la posibilidad de re-infecciones). Por ejemplo:
Por lo tanto, para hacer frente a la falta de transpiración típica del calzado industrial y evitar infecciones relacionadas con hongos y bacterias (y eliminar los malos olores de los zapatos)… Es fundamental desinfectar e higienizar el calzado.
Pero, ¿qué método es más efectivo para la desinfección del calzado?
El ozono es considerado uno de los desinfectantes más potentes del mercado. Ya que tiene un gran poder biocida y es capaz de destruir el 99% de los microorganismos (hongos, bacterias, protozoos, etc.).
Además, gracias a su elevada capacidad de oxidación, también elimina olores. Por lo que resulta muy eficiente y efectivo para la desinfección de calzado. Así, deja el interior de los zapatos desinfectado y libre de olores. Acabando así con cualquier posibilidad de infección.
El ozono no se puede envasar, por lo que se produce al momento con ozonizadores. Así, se libera el gas de forma controlada para llevar a cabo la desinfección en el interior del calzado.
Existen 2 formas de hacerlo:
De esta manera, eliminas los microorganismos y los olores del calzado en un par de minutos. Y a diferencia de otros productos empleados para la desinfección de zapatos (polvos), el ozono se descompone en oxígeno. Por lo que es respetuoso con el medio ambiente.
En conclusión, la desinfección del calzado industrial es muy importante para evitar posibles problemas derivados de la falta de transpiración. Como por ejemplo las infecciones por hongos y bacterias en el pie.
Y para combatir el crecimiento de microorganismos por la falta de ventilación, el ozono es muy eficaz, por lo que te permite utilizar el calzado de forma segura.
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