Existe una bacteria que puede desarrollarse en entornos cuyas condiciones resultan tan adversas que otros microorganismos patógenos contaminantes de alimentos son incapaces de sobrevivir en ellos. Hablamos de la listeria, un microorganismo que es responsable de la contaminación de alimentos.
Antes de saber cómo enfrentarnos a un problema, conviene tener información sobre qué es y por qué resulta un problema. La listeria monocytogenes o listeria es una bacteria que causa la enfermedad conocida como listeriosis, la cual se transmite con la ingesta de alimentos que han sido contaminados por este microorganismo. Tiene una alta presencia entre los productos agrícolas y aquellos que provienen de los animales, además, puede estar presente en mascotas.
Se trata de un microorganismo al que hay que mantener a raya porque las infecciones que genera son las más letales comparadas con otras enfermedades del mismo tipo, es decir, aquellas procedentes de la ingesta de alimentos contaminados por bacterias. El riesgo es aun mayor para personas embarazadas y con problemas del sistema inmunológico.
Su presencia se ha alertado en alimentos como verduras, frutas, lácteos, embutidos que derivan del cerdo y también en el pescado. El aumento de casos registrados por listeriosis aumenta cada año y aunque lo hace levemente, es un patógeno al que no hay que descuidar puesto que, esta bacteria es la causante de la contaminación más grave que pueda haber tanto en hostelería como en industria alimentaria. La exposición a este patógeno provoca un riesgo elevado sobre el que hay que actuar de manera preventiva para controlarlo.
Lo más característico de la listeria es su capacidad de sobrevivir hasta en las condiciones más adversas. Además, es capaz de resistir a procesos de desinfección y limpieza de los alimentos porque crece formando una colonia mediante la cual se genera un biofilm en la superficie y esto actúa de protección frente a los factores externos. Por si fuera poco, este organismo que roza la inmortalidad, llega a resistir temperaturas que están por debajo de los 0 grados centígrados o que, por el contrario, llegan hasta los 45 grados positivos.
Una correcta limpieza y desinfección de superficies, maquinaria y utensilios que se utilizan a la hora de consumir cualquier alimento es clave para la prevención de una posible infección por listeria. Hay que resaltar que los productos procedentes de la ganadería son los más expuestos a este patógeno porque pueden transmitir una zoonosis. Es decir, aquellas enfermedades que pueden propagarse de animales a humanos.
Con el uso del ozono, los residuos químicos desaparecen por completo ya sea en superficies en las que se manipulan alimentos o en los utensilios empleados para estos procesos, además de en aquellos espacios destinados para la conservación o refrigeración de productos destinados al consumo. Así, lo que se consigue es prolongar la vida útil de dichos productos de modo que, se evita la contaminación biológica junto a posibles riesgos y contaminaciones cruzadas que puede ocasionar la presencia de este microorganismo como es la listeria.
El ozono presenta soluciones a medida tanto para el sector industrial como para el ámbito personal, demostrando, además, una gran eficacia a la hora de plantar cara a este tipo de microorganismos patógenos como la listeria.
Existen datos que respaldan el uso del ozono en su estado gaseoso o acuoso para garantizar una desinfección óptima y una higiene total. Así lo afirma la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EEUU (FDA).
Por una parte, el ozono a través del agua ozonizada permite higienizar rápidamente alimentos y superficies, sin importar cuáles. Con este tratamiento obtenemos los siguientes beneficios:
● Eliminar las bacterias y los microorganismos patógenos responsables de un gran número de infecciones.
● Es un desinfectante natural. El agua ozonizada hace uso del principio activo del ozono y así consigue eliminar correctamente todos aquellos agentes dañinos para nuestra salud.
● Ningún rastro de residuos químicos. El agua ozonizada se transforma de nuevo en oxígeno pasados unos minutos. Esta razón es la que hace que se uso sea más que seguro y deja intactas las cualidades de los alimentos.
Por otra parte, tenemos el ozono en versión gaseosa cuyo uso se aplica en cámaras frigoríficas propias de la industria alimentaria y la hostelería, así como para el mantenimiento de desinfección de maquinaria o utensilios, entre otros. Gracias a ello conseguiremos lo siguiente:
● Una mejor conservación de los alimentos.
● Eliminación total de posibles contaminaciones de productos.
● Cero riesgos de contaminaciones cruzadas o algo mucho peor: las intoxicaciones alimentarias en seres humanos.
Como hemos visto, la listeria puede ser un riesgo de índole sanitaria porque su letalidad es muy elevada, pero no hay que descuidar otro factor: el económico. Una infección a causa de este patógeno puede derivar en sanciones, indemnizaciones o medidas administrativas llegando incluso a tener que cerrar una empresa. Mejor prevenir que curar, ¿no?
Certificado para usos ecológicos en agricultura, ganadería, e higiene alimentaria: limpieza y desinfección de instalaciones de riego y herramientas de agricultura, desinfección de equipos, e instalaciones de ozono con gas y agua ozonizada; desinfección de equipos, recipientes, utensilios para consumo, superficies o tuberías relacionados con la producción, almacenamiento, transporte o consumo de alimentos, o piensos (incluida el agua potable) para personas, animales; impregnar materiales que puedan estar en contacto con alimentos…
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