Uno de los principales enemigos de cualquier cultivo son los hongos. Aunque favorecer el aumento de la microbiología en nuestras tierras de cultivo y campos de labor sea una de las indicaciones más importantes para tener un suelo rico y unos cultivos sanos y resistentes, no todas las especies de hongos tienen efectos beneficiosos sobre las plantas.
La presencia de ciertas variedades fúngicas pueden llegar a echar a perder una cosecha entera, por lo que actuar frente a ellos a tiempo y de forma contundente puede permitirnos salvar todo el esfuerzo, los recursos y la dedicación que hayamos invertido en el cultivo.
El ozono se presenta como un método muy efectivo para combatir el Mildiu en el tomate y en otros cultivos que suelen verse afectados por este y otros patógenos similares.
Hay que saber que, aunque a veces nos creamos que hablamos de un hongo concreto, el Mildiu no es una sola enfermedad. Es, más bien, el nombre generalista que suele atribuirse a un tipo de enfermedades que llevan el nombre de criptogámicas (causadas por determinadas familias de hongos) que atacan a variedad de plantas, siendo el tomate una de ellas —y una de las más afectadas, por cierto—.
La aparición de estas afecciones puede deberse a multitud de factores, como pueden ser la debilidad de las plantas o los suelos contaminados por uso continuado de productos de origen químico que terminan por destrozar la tierra. Además, suele estar asociado a determinadas condiciones de temperatura y humedad. Los ambientes moderadamente calurosos y húmedos son los más propicios para el desarrollo de estas enfermedades. El viento, por su parte, favorece su expansión.
La aparición del Mildiu en el tomate puede mostrar la cara tanto en las fases iniciales del desarrollo de esta planta de la familia de las solanáceas (momento en el que los plantines suelen ser más vulnerables a infecciones, ataques de animales y enfermedades), hasta en las fases más avanzadas del mismo.
Suele mostrar sus efectos en forma de pilosidades o polvo de color blanco que empieza aparecer en el envés de las hojas y se pueden extender a otras zonas de la planta. También es común que aparezcan en los tallos manchas de colores que oscilan entre el pardo y el marrón y que tiene una forma irregular y una apariencia aceitosa. Estas manchas pueden extenderse hasta el fruto, echándolo a perder, ya que, al poco de surgir, se necrosan las partes afectadas. De hecho, se trata de un problema que, de no tratarse, puede llegar a matar la planta.
Este compuesto, gracias a su gran capacidad de oxidación, es capaz de frenar el desarrollo de los hongos en las partes aéreas (hojas y tallos) de la planta, ya que los seca cuando entra en contacto con ellos.
El ozono se presenta como una solución apropiada para atajar la enfermedad antes de que se extienda. Este compuesto, gracias a su gran capacidad de oxidación, es capaz de frenar el desarrollo de los hongos en las partes aéreas (hojas y tallos) de la planta, ya que los seca cuando entra en contacto con ellos.
Además, oxigena la raíz, aportando vigor y fuerza a la planta, y favorece la cicatrización de heridas, llagas y cortes que pueda haber sufrido la planta durante el cultivo o el proceso de infección. El tratamiento puede aplicarse a nivel foliar a través de pulverización y también por riego, en ambos casos por medio de agua ozonizada.
Podemos destacar su capacidad para:
● Combatir el Mildiu en caso de que aparezca antes de que se extienda a otras plantas o cultivos.
● Fortalecer la planta y evitar que se produzcan infecciones subsiguientes en heridas o rasguños que haya podido sufrir.
● No genera residuos tóxicos perjudiciales para la salud de las plantas, las personas y los ecosistemas naturales (ya que las partículas de ozono se descomponen rápidamente en oxígeno, una sustancia inocua para el medio ambiente y para la salud).
● En manos de especialistas, se trata de un proceso que no ofrece complicaciones y que puede poner solución a un problema importante de forma rápida, eficaz y segura.
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